Las malas costumbres de los niños: Primera Parte

En general se adquieres por imitación o por no saber cómo expresarse

Morderse las uñas
Morderse las uñas

Las malas costumbres son aprendidas por los niños a través de la observación e imitación de otros niños, hermanos e incluso padres. Los padres son los grandes modelos de los hijos y a las primeras personas que los niños comienzan a imitar. Es muy común que los padres digan a sus hijos: “No digas malas palabras”, “No te comas las uñas” y que ellos mismos lo hagan sin darse cuenta delante de sus hijos.

Otra razón frecuente por la cual los niños adquieren malos hábitos, es la demostración de un malestar psíquico o físico y la falta, la imposibilidad de encontrar las palabras adecuadas para expresar sus ideas o sentimientos. Los niños pequeños, ante la carencia de lenguaje que les permita expresarse, lo hacen a través de los gestos, comienzan a comunicarse mediante malos hábitos como morderse las uñas, el labio, guiñar un ojo, chuparse el dedo, hurgarse la nariz, etc., como forma de expresar que algo les pasa Esto también ocurre en niños más grandes en cuyas familias hay falta de comunicación, de diálogo; apelan a las malas costumbres como forma de llamar su atención y con el tiempo se transforman en un hábito.

Pero es importante corregir estos malos hábitos cuando los niños son pequeños, ya que no corregidos a tiempo pueden prolongarse hasta la adultez y no hay cosa peor que ver a un adulto mordiéndose las uñas o chapándose el dedo.

Inclusive en la niñez y más aún en la adolescencia, el tener determinados malos hábitos como morderse las uñas, chuparse el dedo o hurgarse la nariz, puede ser un motivo de burla, de acoso escolar e incluso de aislamiento social.

Morderse las uñas

Este hábito suele aparecer antes de los 3 años del niño y se asocia con cansancio, ansiedad, estrés, aburrimiento. En general cuando las cosas van bien y el niño es normal y no situaciones emocionales que puedan afectarlo, abandona esta mala costumbre. Sin embargo, hay muchos casos en que este hábito se prolonga y continúa en la vida adulta y es mucho más difícil de manejar. Por ello, lo ideal es erradicarlo en la infancia.

Cómo evitar que el niño se muerda las uñas

  • Evitar estar encima de él todo el tiempo con el mismo tema, ya que con ello lo único que se logra es ponerlo más nervioso y ansioso
  • Es importante enseñarle al niño a identificar sus sentimientos y poder traducirlos en palabras, esto evitará que se muerda las uñas cuando no sabe cómo expresarse
  • Al verlo ansioso o nervioso darle algún juguete o hazlo correr, para calmar su ansiedad y descargar sus nervios sin morderse las uñas
  • Cuando hay público, evitar llamarle la atención delante de la gente y coordinar previamente con él, cuando ya el niño entiende, algún código secreto para avisarle y que deje de hacerlo
  • Si esta conducta perdura ay se prolonga durante más tiempo, una consulta psicológica puede ser pertinente

Los niños más propensos a morderse las uñas son:

  • Los nerviosos, ansiosos y temperamentales, que son muy inquietos y necesitan todo el tiempo estar en movimiento
  • Los tímidos, introvertidos, a los que les cuesta socializar y expresar sus sentimientos
  • Los muy sensibles, a los que todo les afecta muchísimo y enseguida se sienten desbordados

A continuación la segunda parte de Las malas costumbres de los niños.